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Turrón de Castuera: más allá de Navidad

Las industrias turroneras locales aúnan historia e innovación tecnológica para fabricar este delicioso manjar cuyo consumo ya trasciende  las fechas tradicionales

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La combinación perfecta de almendra, miel, azúcar y huevo, poniendo en juego la experiencia y las manos del maestro turronero para dar forma a una receta tradicional y exclusiva que ha pasado de generación en generación, garantiza la extraordinaria calidad de este delicioso dulce que puede consumirse durante todo el año, aunque es durante el mes de diciembre cuando su consumo experimenta el mayor crecimiento y no hay casa en la que no esté presente en la mesa para endulzar el paladar de familiares e invitados.

La fabricación del turrón en Castuera constituye un importante sector económico que genera un importante número de empleos directos durante el proceso de fabricación de este producto de reconocida calidad entre los consumidores. tanto del mercado nacional cómo del internacional.

Al tratarse de un producto estacional, característico de la Navidad, la actividad de las industrias turronera, si bien no se paralizan totalmente a lo largo del año y durante los meses de febrero a agosto las producciones de las fábricas turroneras son destinadas fundamentalmente a la exportación y a las ferias de verano de todo el país, la campaña de mayor producción y la que mayor número de empleos, tanto de mujeres como de hombres, es la que se realiza desde mediados de agosto hasta diciembre. En ese periodo de máxima producción el número de operarios en el conjunto de las fábricas de la localidad puede alcanzar los 65 empleos.

Diversificar la oferta

Cabe destacar que, para escapar de la estacionalidad de la fabricación de productos y por tanto también de ventas, hace ya años que las industrias turroneras empezaron a diversificar su oferta introduciendo la elaboración y comercialización, sobre todo de frutos secos, y algún caso también la dulcería.

En la actualidad las industrias turroneras aúnan la tradición y la innovación tecnológica para fabricar estos estos deliciosos dulces que, como los belenes, los villancicos o el gordo de la lotería forman parte del paisaje de las fechas navideñas, y que, por su contrastada calidad pueden competir sin ningún complejo con los que se elaboran en otras conocidas zonas de producción.

La incorporación, a lo largo de los últimos años, de las innovaciones tecnológicas en el proceso productivo de las industrias turroneras de Castuera, unido al buen hacer de los maestros turroneros, a la selección de las materias primas y a un estricto control en cada fase de los procesos de elaboración, han permitido mejorar las características del turrón, además de crear nuevas variedades y sabores.

Destacar también la calidad de otros productos artesanales que salen de las fábricas castueranas como las almendras rellenas, las frutas confitadas, los mazapanes, los frutos secos, las peladillas o las almendras garrapiñadas, entre otros.

Tres empresas son las que actualidad mantienen la actividad turronera en Castuera. Las producciones previstas para este año 2021 apuntan, según los datos aportados por propios industriales, a la fabricación de unos 675.000 kilos, entre 60 y 80% para la campaña de Navidad, entendiendo que esta cantidad de kilos se refiere no solo al turrón propiamente dicho, si no al conjunto de productos que se fabrican y comercializan.

Turrones Rey

Rey Alimentación es una empresa familiar fundada en el año 1965, herederos de una antigua tradición artesana. Actualmente es la cuarta generación de la familia la que fabrica el turrón bajo la marca comercial de 'Turrones Rey', además de producir aceite de oliva virgen extra que comercializa con la marca de 'Sierra Serena'.

Las estimaciones de esta empresa son que la producción de este año estará en torno a los 350.000 kilos de productos, el 80% de los mismos para la campaña de navidad y fundamentalmente turrones que se comercializan con la marca única de 'Turrones Rey'.

La base principal de su producción son los turrones de calidad 'suprema' y 'extra' de almendras duro, blando y de chocolate, que se presentan en formatos de tabletas y porciones, además de las tortas imperiales de almendra duro y chocolate, pasando por las típicas 'roscas' y los llamados turrones de obrador como son los de nueces, yema tostada, yema tostada, guirlache, sin azúcar, o las frutas confitadas, las almendras rellenas, frutos secos, peladillas o garrapiñadas, que también se comercializan de manera online a través de la web: https://rey-alimentacion.com/

 

Tabletas dispuestas para el embasado en 'Turrones Dos Hermanos.' / F. V.

 

Turrones Dos Hermanos

Turrones Dos Hermanos es otra empresa familiar fundada en 1972 y también herederos de una tradición que se remonta varias generaciones.

La estimación de esta industria, es fabricar este año 2021 alrededor de 250.000 kilos, el 60% para la campaña de navidad, principalmente los tradicionales turrones de almendra duro, blando y de chocolate, en tabletas, porciones y surtidos; las tortas imperiales y las roscas de turrón duro de almendras; los turrones de obrador de nata con nueces, yema tostada, fruta, sin azúcar, o las frutas confitadas, frutos secos, almendras rellenas, garrapiñadas, polvorones o peladillas.

Las marcas comerciales de esta industria son 'Dos Hermanos' y 'Herencia de Maestros', para los productos fabricados en calidad 'suprema' y que suponen más del 65% de la producción total, y 'En Casa' para los productos fabricados en calidad 'estándar', en los que básicamente se sustituyen las almendras por cacahuetes.

El catálogo de productos está accesible en la web: https://turronesdoshermanos.com/

Artesanos de Castuera

Artesanos de Castuera, http://www.artesanosdecastuera.es/es/, es la más nueva de las industrias turroneras de Castuera.

La producción de la misma, según datos de la misma empresa, estará en torno a los 75.000 kilos, de los cuales más del 40% estarán destinados a la exportación.

Al igual que las anteriores, la producción está orientada a las clásicas variedades de turrones tradicionales y de obrador, mazapanes, frutos secos y dulces artesanos que se comercializan con la marca 'A. Del Pozo'.

Como principal novedad, esta industria ha introducido en los procesos de fabricación una línea 'bio' en la se comercializan turrones cuyas materias primas proceden de la agricultura ecológica.

Las instalaciones de las industrias turroneras de Castuera han ido introduciendo en los últimos años todas las innovaciones técnicas de acuerdo con el plan productivo de las empresas y, también de control de calidad, higiene y seguridad alimentaria, pero sin desvirtuar los procesos artesanales, ni la receta para la elaboración tradicional de esta pasta de almendras con miel que se ha ido trasmitiendo de generación en generación a lo largo de varios siglos.

La elaboración del turrón consiste en una laboriosa tarea que comienza una cuidada selección de las materias primas, entre ellas las almendras, el ingrediente que interviene en mayor proporción y también el de mayor precio, y que va a determinar la calidad y el precio final del producto.

En este sentido, la cantidad de almendra en los turrones de calidad suprema no bajará del 60 por ciento en el turrón duro y del 64 por ciento en el turrón blando. Esta proporción disminuye y con ello el precio de otras categorías como la extra, la estándar y la popular.

El proceso que se sigue en su fabricación es completamente artesanal, hasta el punto de depender fundamentalmente la habilidad y el bien hacer del maestro turronero para aportar el punto definitivo.

Elaboración

El primer paso en la manera más tradicional de la elaboración del turrón consiste en, peladar, seleccionar y tostar las almendras, a la vez que se cuece a fuego vivo una mezcla de miel, azúcar y clara de huevo hasta que adquiere la textura y el punto adecuado que determina el maestro turronero, momento en que se añaden las almendras y se voltea la masa hasta lograr una distribución los más homogénea posible.

A continuación, la masa se extiende en mesas de mármol, para posteriormente depositarse en los moldes y se recubre con obleas. Los moldes se llenan con diferentes pesos según las tabletas que se vayan a fabricar (100,200, 300 gramos u otros pesos) y se dejan enfriar hasta cierto punto, dependiendo si el corte se hará en caliente o frio, para luego envasarlos, estucharlos y etiquetarlos en los distintos formatos y presentaciones, quedando listos para su comercialización.

 

Un momento de la elaboración del turrón en 'Turrones Rey' / F. V.

 

Otros modelos, en cuanto a su presentación ya que el proceso de elaboración es el mismo, son las tortas imperiales y las tradicionales roscas de turrón de Castuera, que elaboran y comercializan en diferentes tamaños y que constituyen un icono de la tradición turronera de Castuera.

Por su alta calidad, el turrón que se elabora en Castuera es un producto muy valorado y apreciado por los consumidores. Esto ha hecho posible que el turrón de Castuera pueda encontrarse en los lineales de los supermercados de prácticamente cualquier punto del territorio nacional y por supuesto de Extremadura.

Los principales mercados de este excelente producto, además de la comunidad extremeña, donde se consume una parte de la producción, está en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona y respectivas comunidades autónomas. Otros importantes mercados para estos productos son País Vasco y Andalucía.

Además del mercado regional y nacional, hay una parte importante de la producción de turrón de Castuera que se dedica a la exportación y en la actualidad este producto en sus distintas variedades llega a mercados tan dispares como Francia, Portugal, Bélgica, Suiza, Andorra o Alemania en Europa. En América el turrón de Castuera llega a mercados de Estados Unidos y Canadá, así como a países de centro y Sudamérica.

 

LÍnea de embasado 'Turrones Rey'. / F. V.

 

Otros mercados donde también llega el turrón de Castuera son China, Japón y diferentes países de oriente medio y de sudeste asiático.

Origen del turrón

Aunque a ciencia cierta no se conoce el origen, cuándo, cómo ni quién introdujo el turrón en Castuera. Una de las hipótesis más verosímiles es que el producto se comenzó a comercializar a través de los arrieros, pasando de ser alimento de los caminantes a producto de venta.

Tan bien se piensa que proviene del mundo árabe, no sólo por sus ingredientes, como la miel y las almendras, sino también porque otros dulces típicos de esta cultura que han vendido siempre los turroneros como el alfajor y el piñonate, tienen como base estos ingredientes.

El tratado 'De medicinis et cibis semplicibus', escrito por un médico árabe en siglo XI (1001-1100), localiza sus orígenes en la península arábiga, allá por el siglo XI, con el nombre de 'turun'. Esta hipótesis apuntaría que su llegada a la península ibérica fue de la mano de los árabes.

Pero otras tras conjeturas ubican en España la invención del turrón, concretamente durante los reinados de Felipe IV o Felipe V (1621-1700). Según esta versión el turrón habría surgido como respuesta a la búsqueda de un alimento que aguantase largos periodos sin deteriorarse.

Sin embargo, más allá de historias y documentación que puedan dar pistas sobre sus orígenes, lo cierto es que cualquier territorio que produzca miel y almendras en su campo podría ser el lugar donde comenzó a fabricarse.

El primer testimonio escrito que hace mención a la fabricación del turrón en Castuera aparece en el libro 'Viaje a La Serena. Historia de una Comarca Extremeña', que Antonio Agúndez Fernández escribió en el año 1791, a partir de unos manuscritos que el Magistrado Cubeles había realizado durante paso por esta comarca muchos años antes y en los que se puede leer que en Castuera encontró «un dulce de almendras y pasta blanca que se endurece».

En épocas más cercanas en el tiempo, el turrón era elaborado en cada casa de los profesionales de este oficio para posteriormente venderse durante un permanente viaje de varios meses al año, primero en mulas con las aguaderas y alforjas cargadas y después en camiones y furgonetas, que los llevaba de pueblo en pueblo y de feria en feria.

Los tiempos han cambiado mucho desde entonces y, sin bien la fabricación del turrón no ha quedado al margen de estos cambios y los productores de turrón han ido incorporando los avances tecnológicos que se han ido produciendo, hay un aspecto en la elaboración de este producto que se mantiene inalterable al paso del tiempo como son el saber y el buen hacer de los maestros turroneros, herederos del secreto mejor guardado de esta centenaria tradición: la receta para la elaboración artesanal de esta pasta de almendra y miel que se ha trasmitido de generación a lo largo de los siglos hasta llegar a la actualidad con la producción múltiples variedades de este típico dulce, que junto con el queso de oveja merina y la producción ovina, es seña de identidad de este pueblo.

En la actualidad aún hay en Castuera familias turroneras que continúan haciendo la ruta de las ferias, entre los meses de abril y octubre, desde Sevilla a Zafra y Mérida, pasando por Badajoz, Huelva o Córdoba, entre otras. Aunque bien es cierto que ahora también acuden a otros eventos como ferias sectoriales, romerías, certámenes gastronómicos o mercadillos medievales.

Museo del Turrón desde el año 2005

A través de su recorrido es posible conocer la tradición turronera que, junto al queso, marca el carácter cultural e identitario de Castuera.

Para transmitir la tradición turronera de Castuera, el buen hacer del turronero castuerano y salvaguardar la identidad de este ancestral oficio y de sus gentes, en julio del año 2005 fue inaugurado el Museo del Turrón de Castuera, incluido en la red de museos de identidad de Extremadura.

El edificio en el que se ubica el Museo del Turrón, ya de por si atractivo por su arquitectura, está formado por un antiguo complejo industrial que acogía una fábrica de harinas, un molino de aceite y una panadería, todo ello con una superficie de alrededor de 3.500 metros cuadrados.

El espacio expositivo está dividido en cuatro plantas, y en las diferentes salas se pueden observar desde la maquinaria original de la fábrica, como los molinos, hasta las cintas transportadoras de grano y el testigo del motor que compró el antiguo dueño en la Exposición Universal de Barcelona de 1929, entre otros objetos originales. A través de este museo el visitante puede conocer y descubrir la historia de la elaboración de este producto en Castuera y la importancia de la tradición en la localidad. En el interior se explica la Historia de este trabajo artesanal, pormenorizando en piezas como los calderos de cobre, los sacos de almendras, el cajón con la cuchilla, las alforjas para transportar el turrón y las casetas de ferias, entre otros.

Además, está dotado para la total accesibilidad de personas con movilidad reducida y dispone de amplios patios, una terraza escalonada y salas de exposiciones y salón de actos y de usos múltiples.